A todos nos gusta comer productos frescos, sobre todo si son alimentos provenientes del mar como pescado o marisco. El problema es que no siempre somos capaces de distinguir un marisco fresco y a veces nos dan gato por liebre. Por eso en el Mercado Municipal de Motril nos hemos puesto a investigar y hemos realizado una pequeña guía con las pautas básicas para poder reconocer un marisco fresco. ¡Vamos a verlas!

Lo primero que tenemos que saber (para los que no son expertos en marisco) es que existen tres grandes grupos: los crustáceos, los moluscos y los cefalópodos. Aunque cada marisco tiene sus propias características, podemos establecer ciertas pautas que nos permitirán reconocer la calidad y la frescura de todos los diferentes tipos de mariscos.

Moluscos

Entran dentro de este grupo los animales que posean concha, como los berberechos, almejas, mejillones o minchas.

En caso de comprarse vivos, las conchas deben encontrarse cerradas en el momento de la compra. También puede darse el caso de que estén medio abiertas, pero en este caso al acercar el dedo se cerrarán instintivamente. El líquido que desprendan tiene que ser claro, abundante y con (buen) olor a mar. 

Cefalópodos

Los cefalópodos son un  grupo de moluscos marinos que disponen de un saco con una abertura, a través de la cual sale su cabeza. La cabeza se diferencia claramente del cuerpo y se encuentra rodeada por tentáculos con ventosas. Los cefalópodos pueden tener 8 patas, como el pulpo, o 10 patas, como los calamares o las sepias.

Para saber si un cefalópodo está fresco, éste debe presentar un color entre blanco nacarado y rosa pálido. Su consistencia debe ser firme al tacto y estar húmedo, suave y resbaladizo. La piel debe estar bien pagada al manto, los ojos brillantes y salientes y las ventosas no pueden desprenderse.

Crustáceos

Los crustáceos son los mariscos con patas, como langostinos, cangrejos, langostas o percebes. Tienen un caparazón que los protege y evoluciona a medida que ellos crecen.

Si se venden vivos, se sabe que los crustáceos son frescos si cuando se meten en agua salada se reaniman. Otro truco es ver si cuando los agarras se mueven instintivamente. Si están refrigerados sabemos que están frescos si la cabeza mantiene un aspecto translúcido y ligeramente verdoso y el caparazón suave al tacto. Si compramos crustáceos congelados los animales deben estar íntegros, con la carne de aspecto similar a la fresca. En los crustáceos cocidos, el caparazón debe ser rosado o rojo vivo sin manchas verdes o negras. Si la cola y las patas están replegadas, indica que el marisco se coció estando vivo.

Da igual en que estado compres el marisco, todos deben desprender un olor agradable a mar si están frescos.

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